No solo mejoró su habla, sino que también notamos una mejora en su sistema mental.
Notamos muchos aspectos positivos. Antes era extremadamente agresivo. Tenía una voluntad muy tenaz. Es un gran avance en cuanto a esta agresividad; si lo analizamos en una escala del uno al diez, ha bajado de diez a uno. Ha mejorado enormemente en este aspecto. Todos estos problemas han desaparecido.
El niño ahora es mucho más cooperativo. Se acerca, se sienta a nuestro lado, nos hace preguntas y nos habla con amabilidad. También se ha vuelto mucho más centrado.
Participa mejor en los asuntos familiares, interactúa y establece contacto con mayor rapidez. También tiene una dinámica completamente diferente con su hermano; su personalidad ha cambiado significativamente.









