Durante 10 años, la vida de Gina estuvo plagada de un número cada vez mayor de problemas. Experimentó problemas de piel, pérdida de peso y apetito, fatiga, trastornos del sueño, irritabilidad, problemas ginecológicos y trastornos digestivos. Los médicos no pudieron explicarlos todos. Después de muchos años, un análisis de azúcar en sangre reveló que tenía resistencia a la insulina, pero nada se pudo resolver.
Sin embargo, hace unos meses, los síntomas de Gina comenzaron a disminuir y luego desaparecieron.